Case Studies

7 versos bonitos - 7 poemas bonitos

Poema 12 - poemas bonitos

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Para mi corazón basta tu pecho, 

para tu libertad bastan mis alas. 

Desde mi boca llegará hasta el cielo

lo que estaba dormido sobre tu alma. 

Es en ti la ilusión de cada día. 

Llegas como el rocío a las corolas. 

Socavas el horizonte con tu ausencia. 

Eternamente en fuga como la ola. 

He dicho que cantabas en el viento 

como los pinos y como los mástiles. 

Como ellos eres alta y taciturna. 

Y entristeces de pronto, como un viaje. 

Acogedora como un viejo camino. 

Te pueblan ecos y voces nostálgicas. 

Yo desperté y a veces emigran 

y huyen pájaros que dormían en tu alma.

Poema 4 - poemas bonitos

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Es la mañana llena de tempestad

en el corazón del verano.

Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,

el viento las sacude con sus viajeras manos.

Innumerable corazón del viento

latiendo sobre nuestro silencio enamorado.

Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,

como una lengua llena de guerras y de cantos.

Viento que lleva en rápido robo la hojarasca 

y desvía las flechas latientes de los pájaros. 

Viento que la derriba en ola sin espuma 

y sustancia sin peso, y fuegos inclinados. 

Se rompe y se sumerge su volumen de besos 

combatido en la puerta del viento del verano.

Amor - Pablo Neruda - poemas bonitos

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Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte 

la leche de los senos como de un manantial, 

por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte 

en la risa de oro y la voz de cristal. 

Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos 

y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal, 

porque tu ser pasara sin pena al lado mío 

y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-. 

Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría 

amarte, amarte como nadie supo jamás! 

Morir y todavía amarte más. 

Y todavía amarte más y más.

Poema 7- poemas bonitos

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Para mi corazón basta tu pecho, 

para tu libertad bastan mis alas. 

Desde mi boca llegará hasta el cielo 

lo que estaba dormido sobre tu alma. 

Es en ti la ilusión de cada día. 

Llegas como el rocío a las corolas. 

Socavas el horizonte con tu ausencia. 

Eternamente en fuga como la ola. 

He dicho que cantabas en el viento 

como los pinos y como los mástiles.

Cien sonetos de amor - poemas bonitos

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Desnuda eres tan simple como una de tus manos:

lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente.

Tienes líneas de luna, caminos de manzana.

Desnuda eres delgada como el trigo desnudo.

Desnuda eres azul como la noche en Cuba:

tienes enredaderas y estrellas en el pelo.

Desnuda eres redonda y amarilla

como el verano en una iglesia de oro.

Desnuda eres pequeña como una de tus uñas:

curva, sutil, rosada hasta que nace el día

y te metes en el subterráneo del mundo

como en un largo túnel de trajes y trabajos:

tu claridad se apaga, se viste, se deshoja

y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.

Era mi corazón un ala viva y turbia - poemas bonitos

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Era mi corazón un ala viva y turbia...

un ala pavorosa llena de luz y anhelo.

Era la primavera sobre los campos verdes.

Azul era la altura y era esmeralda el suelo.

Ella -la que me amaba- se murió en primavera.

Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.

Ella -la que me amaba- cerró sus ojos... tarde.

Tarde de campo, azul. Tarde de alas y vuelos.

Ella -la que me amaba- se murió en primavera...

y se llevó la primavera al cielo.

Sed de ti. - poemas bonitos

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Sed de ti me acosa en las noches hambrientas.

Trémula mano roja que hasta su vida se alza.

Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.

Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas...

Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.

Cómo poder no amarte si he de amarte por eso.

Si ésa es la amarra cómo poder cortarla, cómo.

Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos.

Sed de ti, guirnalda atroz y dulce.

Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.

Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos.

La boca tiene sed, para qué están tus besos.

El alma está incendiada de estas brasas que te aman.

El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.

De sed. Sed infinita. Sed que busca tu sed.

Y en ella se aniquila como el agua en el fuego

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